Una historia, una victima, un motivo.

El mundo se encarga de romper la primera inocencia,

Dichoso quien alcanza la segunda.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Matho


Podía volar y yacer en las ilimitadas fronteras
de Saudita, Nacer en las turbulentas 
   aguas del mediterraneo y morir
en el Nilo.

Descansaba en las Hamacas de las palmeras
y dormía cerca del rosal de su ventana,
       Dócil y pequeño, el único de
su corazón.

Matho y su reflejo en el agua dulce
    de su manantial, calmaban su sed
y cedían su tristeza.

Ella como Matho y Matho como ella,
         vestidas de plata como estrellas
y las estrellas junto a ellas.

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