De tal palo tal astilla, que somos fruto del Brahma,
o hijos de mi Dios.
Nacidos de Eva y ellos bajo del sol.
Corremos tras el viento, y ellos tras la libertad,
que se esfuma, que se la tragan los océanos,
que fue quemada en la hoguera...
Y reencarnada en una paloma, en una hormiga,
en una sustancia invisible.
En un pedazo de pan, en un pestañear,
en un suspiro.
Nacemos y morimos, ellos nacen, mueren y vuelven a nacer
en alguien diferente, en otro ser, en un
ente escondido, en ellos mismo.
Y nosotros somos ellos y ellos son nosotros,
Somos una parte de la luna,
corolario del universo, de la pena
eterna y de los dedos del Creador.
Somos el Samsara, el cielo y sus
luceros, somos la alegría de morir
y la desdicha de vivir.
Son ustedes y soy yo, somos tierra
y agua, somos fe y ateísmo.
Somos poco y mucho.


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