En la playa hay una niña, la niña tiene familiaY la familia una casa.La casa tiene dos ventanas y una puerta…En el mar, un acorazado se divierte cazando a los que caminanPor la playa: cuatro, cinco, sieteCaen sobre la arena. La niña se salva por poco,Gracias a una mano de niebla,Una mano no divina que la ayuda. Grita: ¡Padre!¡Padre! Levántate, regresemos: el mar no es como nosotros.El padre, amortajado sobre su sombra, a merced de lo invisible,No responde.Sangre en las palmeras, sangre en las nubes.La lleva en volandas la voz más alta y más lejana deLa playa. Grita en la noche desierta.No hay eco en el eco.Convierte el grito eterno en noticiaRápida que deja de ser noticia cuandoLos aviones regresan para bombardear una casaCon dos ventanas y una puerta.
(Ramon Tarrio & Mahmud Darwish)

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